Reseña novela: Las vulnerabilidades de Elvira Sastre.
Bella, impactante y muy sorprendente.
Me dejé las 50 últimas páginas para el final y joder, qué manera de resolver una trama. Acabo de caer en que lo que me pareció que era el final evidente desde el principio, no solo no lo es, sino que la autora consigue que un final, sorprendentemente doblemente, que pases de empatizar totalmente con la figura doliente y vulnerable de Sara, a odiarla, y poco después comprenderla, quedándote un sentimiento ambiguo que rara vez provoca un personaje. Esta novela más, está basada en un hecho real que le aconteció a la autora, lo cual convierte la historia en algo impactante.
Las vulnerabilidades es una historia de suspense psicológico, narrada con la belleza que solo una poetisa podría lograr.
Ya lo he repetido muchas veces en este blog, lo que busque valen un libro es; que la trama sea interesante, aprender algo y que esté escrito con belleza. Las vulnerabilidades de Elvira Sastre tiene todos estos rasgos, destacando muy mucho lo bien que escribe, lo bonita y conmovedora que es su prosa, en la que deja entrever la poetisa que es. Me he marcado siete pasajes de la novela que me han gustado especialmente, te pongo dos:
El mundo nos exige que seamos sinceros, que compartamos nuestros sentimientos, que digamos a cada momento como nos sentimos […] si somos felices. Con la verdad se pierde el misterio, la intimidad, las estrategias de cada uno, esos rincones ínfimos que debemos conservar como seres humanos […] la verdad es algo que solo nos debemos a nosotros mismos, a nadie más. Porque sí, vale, todo te empuja a sincerarte, ¿y después qué? ¿ Qué hacemos con ese puñado de realidades incómodas? ¿Qué hace el otro con ello? Es imposible fabricar una nueva existencia a partir de la verdad. Lo que queda al sincerarnos con los demás es la vida expuesta. Lo contrario de la verdad no es la mentira, es el misterio.
Hostia puta, no me digas que no es precioso, pues es la tercera página. Otro trozo:
Lo lógico es que sea la razón la que establezca límites y construya el rechazo, pero he de ser honesta en la lucha constante de mi cuerpo contra mi cabeza, no siempre gana quien más necesito.
Que bonito, que verdad y cuanto me representa. He pensado mucho en esto y en lo que significa. En el libro, Sara es una joven de 18 años profundamente herida, que apoya todo el peso de su soledad y desequilibrio en Elvira, que no llega a los 30 y que no es nada suyo, ni siquiera se conocen en un primer momento, pero decide ayudarla a soportar la carga que es su vida, reflexionando por el camino sobre la motivación que la lleva actuar así. Elvira llega a plantearse que hace eso, la ayuda aparentemente altruista, más por ella, que por Sara, más para cubrir sus vulnerabilidades con las de Sara, para sentirse mejor y más realizada. Muy interesante reflexión y muy valiente.
Las vulnerabilidades gira en torno a la relación de dependencia entre dos mujeres profundamente heridas.
Elvira, la narradora de la historia, recibe un mensaje en una red social como respuesta a un post que ella cuelga, entre otros, muchos, de Sara, una joven que afirma haber sido víctima de maltrato y abuso sexual por parte de su pareja, Rodrigo. Está muy mal y muy desesperada porque además el tipo, la ha grabado sin su consentimiento manteniendo relaciones sexuales y ha difundido el vídeo por su instituto, donde Sara cursa el último curso del bachillerato.
Al principio, todas las relación es a través del teléfono y Elvira se implica profundamente con Sara, abriéndole su intimidad y hasta su casa, ayudándole a tomar las decisiones que cree, son más acertadas, como denunciar a Rodrigo y comenzar a ir a terapia para superar los numerosos traumas que arrastra, debido a que, como se irá descubriendo, el tema viene de lejos en una relación, que comenzó cuando Rodrigo tenía 20 años y Sara solo 13. No te digo más para no destriparte una novela que créeme, te va a gustar leer, te va a doler y te va a hacer reflexionar muchas veces. Déjame que te transcriba otro trozo, magnífico, un trozo que de alguna manera habla de mí.
Tiendo a dirigirme hacia las causas, pérdidas, hacia lo dañado y supuestamente irreparable, hacia todo aquello que nadie quiere cerca. Me siento atraída de una manera irremediable por lo que está roto, por las grietas. Me interesa la capa de mugre que no se limpia. Las miradas tristes en los vagones del metro, la fragilidad de algunos cuerpos, las voces que se quiebran, las plantas que no crecen. Rechazo el optimismo, no creo en él, consciente de que todos guardamos dentro un abismo.
¡Guau! Pues así todo el libro que como te digo, no es tanto lo que cuenta, sino cómo lo cuenta.
Leer Las vulnerabilidades de Elvira Sastre es toda una experiencia de reflexión, belleza y angustia.
No conocía a Elvira Sastre pero no la olvidaré y seguiré su carrera todavía incipiente, porque la autora tiene 32 años en 2025, es un año más joven que yo, ya quisiera yo escribir así. Es más poeta que narradora, su primer poemario: Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, data de 2013. Es autora de otros cuatro libros de poemas, el último de 2020. También ha publicado dos libros que mezclan poesía e ilustración. Es también traductora.
En 2019 publicó su primera novela: Días sin ti, con la que consiguió el Premio Biblioteca Breve, esta increíble novela de la que os he hablado, es solo su segunda novela; ¿Qué no hará esta mujer en 10,15 o 20 años? Estoy deseando leerlo.
Las vulnerabilidades merece ser leído, porque reflexiona sobre esa actitud humana de darse a los demás sin anteponerse uno mismo, tan propio de las madres especialmente. También aporta un más que interesante punto de vista sobre el daño irreparable e impredecible, que el abuso sexual o el maltrato pueden causar en una mente adolescente. Me ha dado mucho que pensar y me ha hecho sentir mucho también, una buena lectura. Y aunque en mi opinión, el efectismo en la trama es lo de menos en una obra como esta, he de decir que el final te vuela la cabeza, no lo ves venir en absoluto durante todas las lectura te parece evidente cuál va a ser el final y nada te hace sospechar que en realidad Sara… no, no te lo digo, léela y disfruta.