Alas de Onix de Rebecca Yarros.
Tercer libro de la Saga Empíreo de la que no hace muchos meses reseñé el primero. Alas de Onix, con sus 890 páginas, publicado por Planeta, salió la primera edición en Enero de 2025. Por ir directamente al grano, sí, me ha gustado y mucho, es una digna continuación de Alas de Sangre y Alas de Hierro, pero es bastante más complicada y difícil de comprender en detalle. Hay ciertos puntos que personalmente no he entendido, por ejemplo: el sentido de las runas que las y los cadetes tejen en Aretia y que ya vimos en el anterior libro, pero que en esta novela tienen un papel más importante y que con sinceridad; no he entendido y no ha sido lo único.
Yarros es la heredera indiscutible de Harry Potter e inspira el mismo nivel de devoción que Los Juegos del Hambre.
No lo digo yo, lo dice The Guardian y yo lo suscribo, referido no concretamente a Alas de Onix, sino a la Saga Empíreo. Este libro, si no te has leído los anteriores, no te lo leas porque no lo entenderás.
El libro anterior finalizaba con Violet Sorrengail descubriendo que Xaden Riorson, un marcado, su improbable gran amor, ha comenzado a convertirse en venin, cuando en la batalla de Basgiath, ha canalizado energía de la tierra para poder ganar la lucha. Te mentiría si te dijese que he entendido cómo ha ocurrido esto, pero el caso es que Xanden, que ya era la hostia en verso de poderoso, ahora lo es más, yo calculo que imparable. Pero va y resulta, que no quiere ser venin, digamos que desearía curarse y Violet Está más que dispuesta a colaborar le en la curación, cuando lo normal habría sido ejecutarlo en el acto, al descubrir que ha iniciado el proceso chungo de transformación no sé en que, o sea, es venin ok, iniciado creo, luego va a Sim creo y luego no sé si maven o sabio.
La archienemiga de Violet, Theophanie es maven, así que creo que sabio es más. Bueno da igual, que me desvío. Violet lleva 18 meses en el Colegio de Guerra Basgiath, todavía le queda terminar el segundo curso y el tercero para graduarse como jinete, pero los seres oscuros no dan tregua y hay que ponerse en marcha.
El continente, compuesto por Navarre y Poromiel, necesita un ejército y por unas circunstancias de las que no puedo hablar sin desvelar más de la cuenta, Violet con otras personas son enviados a los reinos insulares a tratar de forjar alianzas y conseguir ese ejército y más importante, a intentar dar con la séptima especie de dragón, los Íridos que cambian de color, a la que pertenece Andarna y que hacen falta para varias cosas, la más apremiante; activar La piedra de Aretia y que la provincia de Tyrrendor esté protegida como el resto de Navarre.
Magia, poder, sexo, violencia y dragones, un poco de todo en Alas de Onix, la tercera entrega de la Saga Empíreo.
Página 282: Y esto solo será tuyo para siempre. Podrías dejarme o incluso reunirte con Malek (el dios de la muerte) y seguiría siendo tuyo. Me he reconciliado con la certeza de que no hay nadie más que tú.
Página 509: El dolor, lo desagradable. Dámelo a mí. Yo me haré cargo […] Me haré cargo de todo lo que no querías sentir porque amo todas las partes de ti.
Página 686: Para mí, Xanden es lo primero.
No sé porqué marqué estos y no otros ejemplos, el libro está lleno y no todo van a ser alabanzas. Me ha gustado mucho, pero la relación entre los protagonistas es extremadamente tóxica y profundamente irreal. El sexo entre ellos es… ¿Hola? Nadie folla así, excepto en las películas y en ciertos apartados de Internet que no vienen al caso. A ver, que muy bien, pero que esto va a hacer que miles de jóvenes crean que el sexo es esto y ni se parece, no digamos ya la relación de pareja que como novela puta madre, pero como ejemplo terrible.
Para ser justos, Rebecca Yarros lo advierte antes de comenzar los libros. Esta novela es para adultos, jóvenes si acaso, pero en absoluto para adolescentes y no por el sexo que ya ves tú qué van a descubrir, yo lo digo por el ejemplo nefasto de una pareja super tóxica.
Y como criticar es gratis, dos cosas más; en la batalla final de Draithus, que no te contaré como queda la cosa, pero vaya, que la saga sigue, la mitad no se entiende y sobran páginas. Toda la novela está y las anteriores es Violet en primera persona y de repente, en lo que a mí me parece un relleno muy forzado, hablan Imogen y Xanden, o sea, pasan a ser el narrador, alargándolo innecesariamente y complicándolo también a mi parecer.
Salvo esto, léete Alas de Onix de Rebecca Yarros, merece la pena.