Reseña novela: El Hereje de Miguel Delibes
En mi afán por parecer un tipo más cultivado de lo que en realidad soy, de vez en cuando diversifico mis lecturas. Sigue siendo novela pero con un estilo en este caso, que se aleja sustantivamente del contemporáneo que conforma mi lectura habitual. Hoy os hablo de El hereje, novela famosa del celebérrimo autor español Miguel Delibes. El hereje obtuvo en el año 1999 el Premio Nacional de Narrativa, se publicó por vez primera en septiembre de 1998 por Ediciones Destino y es una de las novelas más aclamadas y valoradas de Miguel Delibes.
Antes de entrar a hablaros de El hereje, tengamos en consideración que su autor, nacido en 1920, se dio a conocer con: La sombra del ciprés es alargada, obra muy conocida y con la que ya fue reconocido en 1947 con el Premio Nadal. Tiene una obra literaria extensa que le ha valido entre otros: el Premio Nacional de Literatura, el Premio Nacional de las Letras o el Premio Cervantes en el 93, miembro además de la Real Academia desde 1973, El hereje se cuenta entre sus últimas obras publicadas.
El hereje con su estilo culto, es un fiel reflejo de la Valladolid del siglo XVI en plena Reforma.
En el año 1517, Martín Lutero fija en las puertas de la iglesia de Wittenberg, sus noventa y cinco tesis en contra del negocio de las indulgencias, este acontecimiento histórico relevante provocará el Cisma con la Iglesia Católica Romana. A su vez, ese mismo año, en España, en Valladolid, doña Catalina Bustamante, da a luz a un niño largamente buscando con Don Bernardo Salcedo, rico comerciante textil en la ciudad y que provocará el fallecimiento de su madre unos días después, por problemas derivados del parto. Ese niño al que su padre odiará desde el principio, acusándolo de ser el responsable de su esposa, es el protagonista de esta novela: Cipriando Salcedo. No hace falta ser un lince para apercibirse de que si el protagonista es Cipriano. Parece un poco spoiler pero no preocuparse, esta novela no es un Thriller, ni es una novela negra, no es nada parecido a la literatura contemporánea. Miguel Delibes, con su estilo culto y refinado, retrata fielmente la sociedad vallisoletana de la primera mitad del siglo XVI, la época del rey Carlos V que muere retirado en el monasterio de Yuste durante el desarrollo de la novela y que deja a su sucesor, el rey Felipe II, la tarea de luchar con denver contra la herejía que supone la Reforma que proponen Lutero y otros.
El hereje es la historia de unos hombres y mujeres en lucha consigo mismos y el mundo que les ha tocado vivir.
Desde su nacimiento el pequeño Cipriano Salcedo es huérfano, porque aunque tiene padre, este no lo quiere ni ver. La crianza del niño la encomienda a Minervina, a quien va a querer como a la madre que no tiene y de quien más tarde, a los 14, cuando vuelva a casa del colegio en el que su padre lo interna, se enamorará lógicamente y con quien tendrá relaciones, que lejos de la sordidez que pudiera presumirse del hecho de que es como su madre, son una bonita entrega de amor relatada sin efectismo.
Cipriano a la muerte de su padre, es tutelado por su tío, que es un hombre importante en la ciudad, y se convierte en un propósito comerciante que amplia muy pronto el negocio heredado de su padre, gracias a su sagacidad e inteligencia.
Cipriano por casualidad, entra en contacto con la corriente reformista clandestina que se va introduciendo en la península desde Centroeuropa, y que tuvo un foco principal en la ciudad de Valladolid.
El 21 de mayo de 1559 se celebra en la ciudad un Auto de Fe, que era como llamaban a la pantomima que organizaba el Santo Oficio para condenar a aquellas personas que se apartaban de la doctrina oficial de la Iglesia de Roma.
Me quiere sonar que he visto un cuadro precisamente sobre este Auto de Fe, en el que se condenó a muerte en la hoguera a decenas de personas por herejes. Estrictamente hablando, su herejia consistía en la Teoría del Beneficio de Cristo, según la cual, el sacrifio de Jesús en la Cruz como explicación de los pecados, bastó para redimir a la humanidad de todos los males y por tanto, no hay purgatorio porque no hay nada que no fuese purgado por Jesús con su muerte en la Cruz. Si uno muere en la fe va al cielo y punto. Esto que ahora no tiene mayor transcendencia, en 1550 era un problema a solventar por la inquisición, porque contradecía lo que decía la iglesia y atacaba su negocio de indulgencias, según el cual los cristianos, pagando unas cantidades estipuladas, restaban tiempo de estancia en el purgatorio.
Una novela muy interesante como retrato histórico y para las personas católicas o interesadas en temas religiosos.
Después de tantas reseñas y de varios libros, recuerdo haber afirmado, aunque no donde lo hice, que yo soy creyente escéptico. Me reafirmo en esto. Creo en Dios y rezo incluso, pero tengo dudas. Es muy interesante leer en El hereje, la clase de vida de fe radical, que tenían personas como Cipriano Salcedo hace 500 años.
Durante la lectura de esta novela, ha ocurrido un hecho crucial para mí, ha fallecido mi abuelo, a los 95 años, en pleno uso de todas sus facultades, gracias a Dios habría dicho él sin ninguna duda. Mi abuelo no era hereje, era un creyente pragmático y sobre cualquier otra consideración era un buen hombre, la buena persona en la que verse reflejado. Era una persona tolerante y empática, demasiado quizá. Le debo muchas cosas en especial, el buen ejemplo de vida que me dio. Como escritor se lo debo todo, también como lector. Mi abuelo me proporcionó un vasto fondo bibliográfico gracias al cual me animé a escribir. Casi todas las reseñas de este blog son de libros que él me compró. Ahora deberé aprender a vivir sin su callada pero solícita presencia en mi vida. Viviré, sin duda, con agradecimiento infinito, a su amor constante e incondicional, pero no será fácil. No me está siendo fácil darme cuenta de que ya no está. Parte de él está en mis obras de las que fue el primer y entusiasta lector, voy a seguir escribiendo y leyendo, aunque ha perdido para mí una parte fundamental de su significado. Sin mi abuelo que me alimentó culturalmente y me creó como escritor cuando lo necesitaba, no sé qué habría sido de mí.
Cipriano Salcedo murió en la hoguera por rechazar la existencia del purgatorio, y en mi opinión, debe de estar ahora con mi abuelo, en el cielo, un hereje y un creyente, dos buenos hombres.
No viviré lo suficiente para agradecerte tanto como has hecho por mí. Te vuic mol iaio, molt.