Reseña la educación sentimental de Gustave Flaubert

Reseña la educación sentimental de Gustave Flaubert

Reseña la educación sentimental de Gustave Flaubert.

Leer es importante, pero para que se le considere a uno, no vale con leer cualquier cosa, hay que leer cosas con posó, con enjundia. Clásicos de la literatura unánimemente valorados como excepcionales.

En este afán mío, espurio por lo demás, de elevar la consideración de este blog literario, me he regalado la obra más reconocida de Gustave Flaubert, la educación sentimental, en una preciosa y también cara edición de 2018 de Alba Clásica Maior con la traducción de: María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego. El libro, de 468 páginas en una edición muy cuidada, aunque contiene algunos pocos errores, forma parte de una colección extensa de grandes clásicos de la catalana editorial Alba, que a quien le interesen los clásicos le recomiendo, eso sí, los libros salen por 30 euros de media, esté 34, pero los hay por el doble.

  • La educación sentimental es un clásico de la literatura universal.

¿Quién no ha escuchado hablar de Flaubert o de esta obra suya? Publicada en noviembre de 1869 en París, por Michel Lévy Frères para más señas, parece ser que la crítica literaria de entonces, acogió la educación sentimental con frialdad, vamos, que no gustó. Pero no la criticaron fuerte porque el bueno de Gustave había publicado con anterioridad obras consideradas muy buenas, como la señora Bovary y lo respetaban al hombre en ese mundo endogámico mejor para él. Gustave murió sin que la educación sentimental fuese alabada, aunque sí otras obras suyas. Medio siglo después el escritor André Billy la alabó diciendo: la riqueza y la variedad del contenido y el poder de encantamiento de la prosa. Ahora viene Janu Huerta a dar su opinión también, que ya ves tú. No pasó del todo inadvertida la obra, algunos jóvenes escritores que se escuela naturalista, proclaman la grandeza de la educación sentimental y manifestaron que era una obra maestra de la novela francesa.

También se considera que esta obra, es una de las más autobiográficas del autor.

Como dar la opinión es gratis y a eso he venido, diré que no encuentro especial belleza, ni gran maestría en la prosa de la educación sentimental. Claro que yo no soy nadie, eso vaya por delante. Me ha gustado la obra, esa es la verdad, no he sufrido leyéndola como otros clásicos, se lee bien, entretiene, en general se comprende bien el contexto socio político en que se desarrolla la obra, la vívida descripción de la alta sociedad parisina de mediados del siglo XIX, ayuda a entender cómo era el mundo hace 150 años, pero, en mi humilde opinión, el desarrollo de la trama, la transición entre hechos es poco claro, así como el comportamiento que desarrollan los personajes, resulta poco lógico en ocasiones. Como ejemplo, en la transición entre la parte primera, que se despide de la niña Louise y la parte segunda, han transcurrido 3 años y no queda claro hasta mucho más adelante. Y otro ejemplo extraño es, el personaje del rico señor Dambreuse, le ofrece hasta en dos ocasiones, participar en un negocio de hulla, comprando acciones, el joven Frédéric le dice que si, luego lo ignora y el rico, lo sigue recibiendo en su casa como si tal cosa. No me parece que tenga mucho sentido, pero ni eso, ni muchas otras cosas de la obra.

  • Flaubert captura la esencia de una época, marcada por la agitación política y los cambios sociales.

La educación sentimental, sigue los pasos de Frédéric Moreau, un joven burgués idealista, provinciano, de cerca de París, en su búsqueda del amor y de su posición social, que era entonces muy importante. Frédéric con sus sueños románticos y su ingenuidad, es un reflejo de la ambivalencia y la fragilidad humanas, llevando al lector en un viaje emocional, que transita entre la esperanza, por la incredulidad, hasta la desilusión.

La historia comienza en 1840, cuando un joven Frédéric Moreau de 18 años, ha terminado bachillerato y regresa a la casa familiar en Nogent junto a su madre y su mejor amigo Deslauriers, después de pasar unos días por el Havre, para visitar a un tío rico del que pretende heredar y de hecho, heredará más adelante una buena renta. En el barco que lo lleva a casa, queda prendado de la señora Arnoux, una mujer mucho más mayor que él, muy guapa y a la que ya dedica todo su interés en la vida. La Señora está casada con Arnoux, un vividor que estafó a Frédéric y más gente, pero al que no solo no le guarda rencor, sino que lo defiende y se llevará muy bien con él a lo largo de los años. Tras visitar a su madre, que tiene cierta capacidad económica y alberga, como el resto de la comarca, grandes esperanzas sobre el futuro del joven Frédéric, que está desilusionará por completo en los siguientes años, se marcha a estudiar derecho a París con su amigo Deslauriers, pero hace todo menos estudiar, de hecho, no obtiene el título y su amigo, al que mantiene, sí se hace abogado.

Toda la obsesión de Frédéric, es trabar amistad con el señor Arnoux, para que lo invite a cenar a su casa y vuelva a ver a su mujer. Al final lo consigue, pero la señora Arnoux es decente y pasa de él hasta casi el final, donde se confiesan su amor, pero sin más, no hay ni beso de amor, no hablemos ya de sexo.

Por el camino, asistimos al derrocamiento del último monarca francés y el saqueo de su palacio, a la convulsión política del momento y al golpe de estado de Napoleón.

Frédéric tiene un lío de faldas con la mariscala, antigua amante de Arnoux y de más gente, a la que le hace un hijo que muere muy pronto y a la que abandona, como a la señora Dambreuse, riquísima, que al enviudar, le ofrece casarse con ella y él acepta, pero luego le hace un feo y él la deja. Enamorado siempre de la señora Arnoux. La novela termina con un Frédéric y un Deslauriers ya de cierta edad, solos como están ambos, repasando sus ambiciones y sueños incumplidos de juventud se puede leer para hacerse uno el leído y el cultivado, pero considero que hay lecturas mucho, muchísimo mejores en la actualidad. He dicho.

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