Reseña libro: Los cuatro vientos, de Kristin Hannah
Conocí a la maravillosa autora Kristin Hannah, que es norteamericana, en la lectura de su novela más conocida: El Ruiseñor, ambientada en la ocupación nazi de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, recuerdo que me emocionó hasta las lágrimas varias veces. Es cierto que lo que le parezca a uno un libro, depende mucho de las circunstancias que atraviese en el momento de la lectura, tal vez en aquel momento no estaba en la cúspide de mi vida, lo cual no quita que supiese apreciar la calidad narrativa de la autora.
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Kristin Hannah, una autora prolífica.
Desde aquella primera lectura, decidí, como suelo hacer cuando un autor me gusta, leerme todo lo que haya escrito, si me ha gustado una de sus novelas, cabe suponer que me gustará el resto. Esta teoría en ocasiones hace aguas,lo reconozco, pero suele funcionar, en el caso de Kristin Hannah funcionó. Parcialmente. Porque cuando publicó y triunfó con El Ruiseñor, no tenía más obras publicadas en español, de hecho, sigue sin tenerlas todas. De ella me he leído: El baile de las luciérnagas, maravillosa. Jardín de invierno, Volverás a Alaska y la última que ha publicado hace poco: Vuela lejos. Supongo que poco a poco, conforme se vaya dando a conocer esta autora en nuestro país, se traducirá el resto de su obra de más de 20 novelas.
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Una novela sobre la América racista y empobrecida.
Que todo ser humano alberga un racista en su interior, me parece indiscutible, de hecho he leído artículos científicos al respecto, pero como todo es susceptible de ser discutible, o casi todo, lo dejaremos en que me parece pero no lo afirmo, vaya alguien a ofenderse. Cosa muy distinta es que uno lo manifieste o luche contra ello. El término aporofobia lo acuñó una española no hace mucho tiempo; el odio al pobre.
En Los cuatro vientos, descubrimos la cara más cruel de las actitudes racistas, los que se manifiestan contra iguales de otros territorios por aporofobia. Opino que no se puede odiar a un pobre, sino a lo que representa. Es natural temer al pobre, porque su visión nos recuerda, que nadie está exento de serlo en algún momento si las cosas se tuercen lo necesario. El ser humano es increíble, es capaz de las mayores grandezas y de las miserias más inimaginables.
En Los cuatro vientos, encarnada en la figura de su protagonista: Elsa Martinelli, vemos la grandeza de la superación, la entrega a los demás, la fuerza del amor y el espíritu de sacrificio, a la vez que sufre en sus carnes el desprecio por ser mujer, por no tener un físico prototípico, por ser inmigrante, por haber sido abandonada por su marido o por sus ideas. Me ha maravillado esta historia, porque habla de una América de hace menos de 100 años, que estuvo al borde del colapso absoluto y sin embargo, es ahora la primera potencia mundial.
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El crack del 29 y la Cuenca del polvo.
Los cuatro vientos está ambientada en el centro de Norteamérica, en lo que se conoce como las grandes Llanuras, en una pequeña población cercana a Kansas en la que Elisa, que nace en una buena familia de la burguesía local, es despreciada por su familia, por ser fea y débil. Su destino está marcado, no se casará y se dedicará al cuidado de sus padres cuando envejezcan. Elisa se rebela contra ese futuro y se enamora de Raffe, un italiano de segunda generación que la deja embarazada. Su familia la repudia y se establece en la granja de los Martinelli, llegados de Nápoles con un sueño y esforzados granjeros. Elsa aprende a amar la tierra de su suegra y allí nacen Loreda y Anthony. Las cosas comienzan a estropearse con el crack de 1929 y a partir de 1931 con una larga sequía que mata la tierra. Toda la zona de la Gran Llanura ha sido explotada agrícolamente de forma incorrecta, y la tierra fértil superficial con la sequía está suelta, por lo que el viento, genera terribles tormentas de polvo que impiden cualquier cultivo y dificultan la vida. Después de mucho pensar, habiendo sido abandonada la familia por Raffe, que nunca quiso ser granjero, Elsa, Loreda y Anthony, juntarán lo poco de que disponen y se marcharan al oeste, a California, porque literalmente se mueren de hambre.
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El sueño americano hecho trizas.
Hollywood, la industria cinematográfica americana, se ha encargado de hacernos creer la superioridad moral de los americanos y de que en su tierra de oportunidades todo es posible. En esta novela, Kristin Hannah nos cuenta una realidad muy distinta.
Elsa y sus hijos llegan al Valle de San Joaquín jugándose la vida a través de 1600 kilómetros, para recibir desprecio por su origen. Son tan blancos, rubios y americanos como los californianos, pero son pobres sobrevenidos por la sequía y el crack, no porque sean vagos. Los ciudadanos californianos, en cuyas tierras no hay sequía y los estragos del crack ya se están disipando, los desprecian y se aprovechan de su fuerza laboral, creando un sistema de explotación radical que casi podría considerarse esclavitud en los Estados Unidos de hace apenas 90 años.
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Leer para descubrir la historia.
Con Los cuatro vientos, he descubierto una parte de la historia de los Estados Unidos que desconocía absolutamente. Por supuesto que hay mucho más de lo que he contado, como la compleja e intensa relación entre madre e hijos, o la lucha comunista en favor de los desfavorecidos.
No es una novela trepidante, de hecho es lenta y te va metiendo en la trama poco a poco, hasta atraparte irremediablemente.
Como las demás que he leído de Kristin Hannah, me ha gustado mucho, esta autora llega al corazón del lector,a rañando el alma de sus personajes. Muy recomendable esta novela.