Reseña premio Planeta 2024, Victoria De Paloma Sánchez-Garnica.
Cada año cuando llega noviembre, hago un acto de fe con la entrega del premio planeta. Claro qué cuando año tras año, me encuentro con algo tan decepcionantemente similar y sigo haciendo el acto de fe, entiendo por qué Planeta vuelve a decepcionarme, es lógico. Si otros miles hacen como yo y compran la obra de marras, tampoco hace falta calentarse la cabeza, le dan el premio al autor o autora de su cantera que corresponda ese año y arreando.
Una de las apuestas seguras es que el premio no va a recaer en una autora o autor desconocidos, en este caso la premiada: Paloma Sánchez-Garnica, madrileña del 62, es autora de ocho novelas anteriores y cosas de la casualidad, increíble, aunque desde planeta afirman, por si a alguien le hace ilusión creer en las casualidades, de entre los miles de borradores, va y eligen Victoria, cuya autora ganó con su anterior novela en 2021, el finalista de este mismo galardón. Son casualidades que pueden pasar y que no serían mayor problema si la obra galardonada destacase de verdad. Con esto digo, que la novela Victoria, de Paloma Sánchez-Garnica, es una buena novela, pero es simple, casi infantil, plana, no transmite nada pese a ser una historia potente. Es de nuevo, una lectura sencilla para gente que no lee y ya que la única lectura anual va a ser esta, pues que no se pierda al menos en una sintaxis compleja o una trama rebuscada.
- Victoria trata dos temas claves, el racismo norteamericano y el Berlín ocupado tras la Segunda Guerra Mundial.
Acaba de concluir la Segunda Guerra Mundial que ha arrasado Europa y particularmente Berlín, epicentro de la misma, capital de la nación que de nuevo llevó al mundo a la guerra. Berlín se ha dividido en 4 sectores que han ocupado y se han repartido las naciones aliadas, vencedoras del mayor conflicto bélico hasta la fecha que fue a su vez, el más gran matadero de la historia con decenas de millones de personas asesinadas. La protagonista que da título a la novela es Victoria, una joven de inteligencia prometedora y físico atractivo, que trabaja para sobrevivir en el Club Kassandra, cantando y prostituyéndose puntualmente cuando el hambre aprieta, para poder mantener vivas a las dos personas a su cargo, Rebecca su hermana soltera y Hedy, su hija de 5 años de la que prácticamente, se ocupa plenamente su tía. Victoria es criptógrafa y cuando no está procurando el sustento en el club, trabaja con un anciano profesor en la creación del lenguaje cifrado perfecto. Pero en un momento dado, el profesor es atacado en su casa, que queda en el sector soviético y cae en manos de Victoria, un material comprometedor de inteligencia militar que le puede costar la vida.
- En Victoria, hay mucho dolor, resentimientos y difíciles decisiones a las que los personajes deberán enfrentarse con coraje para defender a quienes aman.
Se acerca a ella Robert Norton, capitán americano de puesto indefinido en la embajada, cuya misión es recuperar de Victoria ese material, pero que se enamora de ella y hace cuanto está en su mano para sacarla de la ratonera que es Berlín en esos años Norton ha de volver a su país y se separan muchos meses, pero el amor prevalece y Victoria, en medio de un duro chantaje de los soviéticos, vuela sola a Nueva York a encontrarse con su gran amor. Previamente, habremos conocido la rancia capa del peor racismo y la injusta más absoluta en el sur de los estados Unidos, donde hace apenas 70 años, los negros eran sujetos de derecho, pero de un derecho desarrollado por y para negros. Robert Norton, abogado, trata de hacer justicia y paga un precio altísimo en su vida personal y en la que va a compartir con Victoria. Y ya no puede decir más porque desvelaría de más y aunque como ya he dicho al principio, no me ha fascinado como para premio planeta, la novela está bien.
Terminó bastante bien, como cabía prever. Hay muchas situaciones a mi parecer cogidas con pinzas y resultas de un modo que calificaría como algo infantil. Conste que no tengo yo nada contra planeta, orgullo de la industria editorial patria, es simplemente, que deberían dar su principal premio con más seriedad, eligiendo de verdad de entre los miles de obras que se presentan, porque así, a los que nos encanta leer, se nos daría la oportunidad de conocer autores y autoras maravillosos, que están ahí, a la espera de su oportunidad.
Yo no desisto y seguiré leyendo el premio planeta, a ver si por lo que sea, un año de estos se confunden y no lo eligen previamente, ofreciéndonos a los fieles lectores algo especial.