Difícil de calificar sin ser grotesco. En mi opinión Ayanta Barilli, que demostró una capacidad como novelista fabulosa en su primera novela: Un mar violeta oscuro, simplemente no debería haber publicado este libro. Lo primero es que no se trata de una novela, se trata de un cuaderno de apuntes bien escritos, en el cual la autora, narra los acontecimientos que le han ido ocurriendo durante las semanas pasadas en el confinamiento por el coronavirus. Si al menos fuera interesante, sería una lectura pasable, pero es que no lo es. Es insulsa y pesada, muy útil para hacerse la siesta mientras uno intenta leerlo y entender a la vez lo que está leyendo. La autora habla de vivencias y de personajes, como si el lector estuviese familiarizado con estas situaciones o con estos miembros de la vida de la autora, que ella introduce en el relato sin más aclaración. Normal, porque no es una novela, es un relato a modo de diario de una situación que nos tocó vivir a todos hace unos años.
Para mi gusto, que no tiene porqué ser el de ninguna otra persona, simplemente escribo mi opinión particular, este libro no debería haber visto la luz, porque la autora corre el riesgo, de que personas como yo, que lo hemos comprado por lo bien que estuvo su novela: Un mar violeta oscuro, nos hayamos sentido estafados en esta ocasión.
Me explico: yo no me gasto casi 20 euros en un libro de tapa dura de un autor desconocido sin tener ninguna referencia al respecto de su obra, en cambio de esta autora, en cuanto vi que había sacado nuevo libro fui a comprarlo. Si me había gustado su primer libro me gustaría es segundo.
Pero no es que me haya disgustado es que ni me lo he podido terminar, porque cada vez que lo he intentado, un sopor insoportable me ha vencido, impidiéndome avanzar en la lectura de este libro, cuyo mensaje no he logrado entender, o sea, no se para que ha escrito la autora esto que ha escrito ¿pretendía entretener? ¿denunciar algo? ¿transmitir algún mensaje? pues no lo sé, pero fuera lo que fuese conmigo desde luego no lo ha logrado.
Reseña de Una mujer y dos gatos de Ayanta Barilli
La protagonista, trasunto de la propia autora, relata y desgrana una etapa de soledad, marcada por una ruptura sentimental y la marcha de sus hijos, cada uno a un destino que no puede visitar. En el transcurso de estos meses, acompañada tan solo por sus dos gatos, la escritura se convertirá en el único acto de resistencia posible frente a la adversidad. Repasará los momentos clave de su existencia, vistos desde una óptica obligadamente distinta, en la que una mujer -que es también hija, madre y amante- se convertirá en una mentirosa.
La desobediencia será la luz que alumbrará su camino.
El tiempo se detuvo, pero las emociones siguieron impulsando las horas.
Aunque editoriales y distribuidoras la califican de “novela”, por su realismo y la forma en que la protagonista describe las propias vivencias, bien pudiera ser catalogada como una obra de no ficción.
Se trata de un testimonio documental de un tiempo extraño que todos hemos vivido.
La primera pregunta que nos viene a la mente es cuánto hay de biográfico en el relato. Ayanta nos habla de la pandemia, del confinamiento, de la desescalada… términos que nos hemos visto obligados a incorporar a nuestro vocabulario ante una realidad que nos ha golpeado sin que nos lo esperásemos.
Y además de reflejar esta época desoladora, de hacernos partícipes de los sentimientos que provocó, nos regala una serie de reflexiones profundas y conmovedoras, que resumen muy bien qué ha significado la pandemia para la sociedad del bienestar. “He vivido una falta absoluta de conciencia de mi suerte”… ¿Quién no ha tenido este mismo pensamiento ante la desgarradora sensación de impotencia frente al virus?
Va desgranando los sentimientos que provocó en la mayoría de las personas la situación que hemos vivido: miedo, ansiedad, sentimiento de soledad, tristeza, desánimo… pero sin cargar las tintas. Las lacras del confinamiento, pero también sus bondades: el trabajo online, dormir más, más chats con amigos, ver series, cocinar tartas…
Pone de manifiesto también hechos aterradores que nos conviene no olvidar: el individualismo feroz en el que estamos inmersos, la soledad de los viejos en su vida, y en tiempos de coronavirus, también en la muerte.
En resumidas cuentas, en mi opinión se trata de un libro que muy bien podéis ahorraros.