Reseña: Las palabras calladas de Mireia García Contreras, brutal y bellísima novela

Reseña: Las palabras calladas de Mireia García Contreras, brutal y bellísima novela

Reseña: Las palabras calladas de Mireia García Contreras, brutal y bellísima novela.

¡GUAU!, no puedo comenzar diciendo otra cosa de la bellísima novela: Las palabras calladas. Brutal, conmovedora, super necesaria, lectura imprescindible debería ser. Me encantaría mucho que a la autora de esta maravilla: Mireia García Contreras, le llegase esta reseña y pudiese así saber, que le agradezco mucho lo que ha escrito. Gracias Mireia por las palabras calladas que tú has explicitado con maestría y una envidiable belleza en esta novela sobre el exilio de los republicanos españoles tras la guerra civil.

Esta novela me reconcilia con la literatura, tras unos meses en los que de lo que he leído, poco me ha entusiasmado. Las palabras calladas es una obra demasiado buena, cuenta una historia dolorosamente real como para que le den ningún premio importante que ponga a la autora, en el lugar que merece. Lástima que no vaya a poder llegar esta obre maestra a cada estudiante de secundaria, para que descubran la tragedia que vivimos en nuestro país y por culpa de quien la vivimos.

  • Las palabras calladas es una novela con una estructura y un estilo magistrales. La obra de una maestra literaria.

Todo el libro está plagado de trozos para destacar por su belleza, por su fuerza, por su verdad, me he marcado muchos pero voy a poneros dos, el primero es casi del final y dice así: Lucía en sus brazos. La pistola en su cintura; y Franco, que ya había llegado ante el altar, a tres metros; a solo tres metros de que su gorda cara de asesino reventara delante de ese dios que había permitido que murieran tantos niños para que él ganara la guerra. […] Así que sostuvo a Lucía con las dos manos, la apretó contra su pecho y, mientras el mamarracho cabrón besaba el anillo del obispo, se arrodillaba frente al altar, cerraba los ojos y juntaba las manos en señal de penitencia, Francisco salía de la catedral con Lucía en brazos. Hay tantos trozos dignos de ser señalados que me cuesta seleccionar dos. Otro sería este: Un sol ya desbocado iluminaba las dos torres de la iglesia. Matar a un delegado de Franco, que tan bien se llevaba con los nazis y con aquellos franceses renegados. <<Liquidar al matarile franquista>>; Palabras que abarrotaban los intersticios de su cerebro, las fibras de su hígado, los huecos de sus tripas. Su vida (su reino, de haberlo tenido) por un pum de pistola, por un clac de gatillo, por un chorreo de muerte, por un espurreo de sangre en los cristales de las gafas de los estúpidos acólitos del gran asesino. Los dos trozos, ahora que me doy cuenta están relacionados con uno de los personajes protagonistas de la novela, Francisco, uno de los exiliados españoles, de ideología anarquista.

La novela: Las palabras calladas tiene por un lado unos personajes en la España del final de la guerra civil, que pierden o están a punto de hacerlo y huyen al exilio en Francia, porque saben lo que les deparará quedarse en la España de Franco. Algunos son soldados o milicianos, que han luchado en la guerra con más o menos convicción, defendiendo la legalidad republicana del golpe de estado fascista. En este grupo tenemos a Francisco y Rafael, que se encuentran en la estación de tren de Portbou con Antonio, un adolescente que acaba de perder a su hermana pequeña y que venían arrastrando su madre y él desde Barcelona. Todos ellos huyen a pie y al llegar a Francia, son trasladados de malas maneras, al campo de concentración de Argelès-sur-Mer, una playa vallada en la que los exiliados españoles vivirán años, sufriendo hambre, malos tratos, violaciones y humillaciones. Obligándolos a trabajar como esclavos, robándoles a sus hijos, entregándolos luego a los nazis y un sin fin de penurias más.

Por otro lado están Mathieu, Esther e Isabel, tres personajes contemporáneos. Una mujer desahuciada, una mujer muy deprimida tras una maternidad indeseada y un hombre de 50 años, que está bastante perdido en la vida. Estos tres personajes se encontrarán fortuitamente en la misma estación de Portbou en que en 1939 sus antepasados se encontraron y quedaron ligados por las desgracias, heroicidades y amores que tuvieron que vivir para sobrevivir.

La novela va y viene en el tiempo, transcurriendo entre escenarios y tejiendo la trágica historia de nuestro pasado reciente. No me considero desconocedor de lo que le ocurrió en España del 36 en adelante y sin embargo, no tenía ni idea de lo que habían tenido que sufrir nuestros exiliados.

  • Mireia García Contreras nos habla en las palabras calladas, del duro camino de los exiliados españoles en Francia.

Cerdos españoles, eso éramos en el 39 para nuestros vecinos franceses, los mismo que de vez en cuando asaltan nuestros camiones en la frontera y tiran al suelo los productos españoles que les hacen la competencia hoy en día. No son todos claro, y tampoco lo eran entonces, pero entonces miraban para otro lado y hoy… pues casi que lo mismo, pero me he desviado.

Mireia García Contreras nació en 1974 en Barcelona, es socióloga y aunque hasta 2018 ejerció como guía turística, luego decidió dedicarse a la escritura, cursó un posgrado de escritura creativa y las Palabras Calladas es su primera obra, publicada por Espasa en febrero de 2024, en una bonita edición de tapa dura y 475 páginas que me ha encantado no tanto que también, por el tema y lo bien construida que está la trama, sino como por lo bonito que escribe esta mujer. Recomiendo mucho que leáis esta obra, descubráis a esta autora y sobre todo, os acerquéis a esta capítulo de nuestra historia.

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