Al final de la cuesta, habrás subido

Te pueden aplastar las libertades exteriores, pero nadie puede encadenar un alma decidida a ser libre.

Son palabras de José Luís Martín Descalzo en Razones para la esperanza, concretamente, en un fascinante artículo que tituló: Las nuevas esclavitudes. Quería escribir una reflexión sobre la sonrisa, pero eso lo dejo para otro día, porque después de leer este sobre la esclavitud, necesito expresarme apremiantemente.

¿Quién no se ha sentido esclavo?, ¿Quién no ha estado cautivo, preso, sometido por algo, por alguien? Por muchas cosas a la vez seguramente. Yo para mi desgracia me he sentido esclavo sin serlo mucho tiempo.

No hablemos de mí, porque no me afecta a mí exclusivamente. Todos somos esclavos, no plenamente por fortuna, pero tenemos al menos, grandes zonas de esclavitud en nuestras almas. Escribía este genio maravilloso de la pluma, porque aunque debía de escribir a máquina, lo imagino haciéndolo con pluma; que es esclavo el que vive encadenado por su incultura, o el que gasta toda su vida encadenado a un trabajo que no termina de amar. 

Eso me dio mucho que pensar, lo de la incultura no, lo otro. Soy inculto en función de con quien se me compare, de con quien quiero compararme, pero respecto a la media, tengo una cultura suficiente, por ahí no soy esclavo, pero respecto al trabajo… tampoco, he decidido. No puedo hacer lo que desearía por una infinidad de circunstancias diversas, pero he decidido libremente, amar lo que hago. Que no se me da del todo mal. El trabajo es enriquecedor para quien pone la pasión en ello. Un hombre libre de verdad en su interior, convierte en liberador todo aquello que hace.

No creo que seamos libres, no creo que nazcamos libres y así permanezcamos, la libertad es una actitud, una conquista, una lucha diaria contra la infinidad de esclavitudes que en muchas ocasiones nos autoimponemos.

Me ha costado mucho entender y aceptar, que soy esclavo de muchísimas cosas, de abyectas pasiones, de necedades materiales, de malos humores, de estúpidas actitudes. Soy en cierta medida esclavo del pasado, es verdad, pero he decidido ser libre en el futuro, luchar por construir esa libertad y mantenerla, en mi trabajo, en mi actitud, en mi sonrisa. Desde luego la vida no es fácil, y hay muchas cosas que hacen que esta, sea cuesta arriba, pero voy a subirla alegremente, con libertad, en lucha constante contra mis esclavitudes, porque al final de la cuesta, habré subido, habré logrado ser libre.

Janu Huerta.    

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