Reseña libro: El viento conoce mi nombre de Isabel Allende
Isabel Allende es la culpable de mi afición por la lectura. Culpable tiene una carga peyorativa y está afición es una bendición. Me acuerdo que estábamos en bachillerato y la profesora de lengua nos cambió la lectura de La Celestina por la de La casa de los espíritus. Así de primeras, me pareció con ese título que no me iba a gustar, me equivoqué porque me fascinó y desde entonces, me he leído cada una de los 25 libros que han seguido a ese primero.
Una novela sobre la emigración forzada.
La novela El viento conoce mi nombre, tiene su inicio en el año 1938 en la Viena recién ocupada por los Nazis, poco antes de la terrible noche de los Cristales Rotos. Samuel es el hijo único de seis años de un matrimonio judío bien avenido, austriacos de varias generaciones que se ven acorralados por las leyes raciales que promulgan los ocupantes.
Mientras el padre de Samuel piensa en marcharse del país para poder poner a salvo a su familia, les sobreviene el salto de la judería, él acaba en un campo de concentración y su mujer y su hijo son salvados de la ignominia por un vecino al que apenas conocen. La madre de Samuel, debe tomar la dura decisión de enviar a su hijo solo a Inglaterra, que acepta a 10.000 niños judíos, mientras ella se queda en Viena para intentar salvar a su marido. Samuel nunca volverá a ver a sus padres y vivirá toda su vida retraído y lamentando lo ocurrido.
Por otro lado Leticia, es una niña pequeña en 1981 en el poblado de El Mozote en El Salvador. Los militares arrasan su poblado, y ella y su padre se salvan de milagro por estar ella en el hospital. Al salir de allí, su padre se la lleva a Estados Unidos donde hará el resto de su vida. También está Selena, una trabajadora social que dedica su vida al Proyecto Magnolia en el cual, se ocupan de los niños migrantes separados de sus familias en la frontera. Por último está Anita, una niña Salvadoreña que ha llegado a la frontera con su madre Marisol, huyendo de la violencia de un hombre que resultó ser un asesino en serie. A Marisol y Anita las separan en la frontera y a la madre la repatrian, dejando a Anita sola. De la niña se ocupará Selena.
Una conmovedora historia de violencia, solidaridad, desarraigo, amor y redención.
Selena recluta como voluntario a Frank, un rico y prestigioso abogado, para que defienda a los niños migrantes, le asigna el caso de Anita y él se implica a fondo sobre todo porque se enamora de Selena. Hacen varios viajes a El Salvador para descubrir el rastro de Marisol y tratan de reunir a madre e hija, hasta que aparece el cuerpo de la mujer en una fosa común. Fue asesinada por el hombre del que huía, que lo que buscaba era silenciarla por una serie de cosas que ella había descubierto de él.
Anita es acogida por su tía Leticia, la q que resultan ser parientes y que trabaja como asistente de Samuel, que ya es viudo y no tiene buena relación con su hija y su nieto, que le han salido racistas y un pelín fascista. Leticia, en el confinamiento por el Covid, se instala a vivir con Samuel y cuando llega Anita a vivir con ella, el hombre, que no tenía muchas ganas de vivir se le alegra la existencia, hasta la convierte en su heredera.
El viento conoce mi nombre no es la mejor novela de Isabel Allende
Es mi autora favorita desde siempre, sus historias llevan años conmoviéndome y haciéndome feliz. Después de 25 novelas las hay de todas clases, ninguna mala pero en esta, a mi juicio, le falta corazón, es demasiado desapasionada, parece en algunos puntos que esté relatando los hechos para un informe. Le podría haber sacado mucho más partido a esta preciosa historia. En cualquier caso, digo esto en comparación con otras obras suyas, lo cual no quiere decir, que no la recomiende, al contrario, me ha gustado, me la he leído en dos días del tirón y recomiendo siempre a Isabel Allende.